Entradas

historia de antiguo adobe

       El poema nació cuando yo andaba en busca de un poema. Ha tiempo, desde niña escribo lo que siento. Escribo, y publico a tal grado que los vecinos dicen que soy escritora, otros poeta, y los demás, que estoy loca. Yo solo sé que estoy, y que alguien me dijo: - A ver, escríbeme un poema! -Give me a break! -respondí.  -Entonces, agrégale una historia, y entrégamelo.      El alguien se fue. Quedé frente al escritorio, y coloqué una serie de objetos preferidos: tinta china, puntillas, hojas en blanco, hojas con renglones, lápiz, plumas de tinta verde, roja, negra y azul; borrador, sacapuntas, un cuaderno nuevo, mi diario, el walkman y cassettes, muchos cassettes...vi todo por largo rato. Decidida a caminar por las calles, subirme a camiones o combis, pedir ride o hablar con el copiloto tal vez, ir a otra ciudad. Metí los objetos a mi morral cuando sonó el teléfono. Era otro alguien me pidió un favor:   -Necesito un aventón a la carretera Parras, sabes, en el rancho wua wua wua... -ac

El Payasito de Aserrín

Imagen
El Payasito de Aserrín         -    ¡Siéntate, te voy a contar el cuento del payasito de aserrín! Existió una vez una niña muy triste y sola, sin padres, ni juguetes. Un día, se top ó  con una anciana de andar cansado y mirada bondadosa. Una dulce viejecita a la que fácilmente se le podía llamar abuelita.  La anciana sintió de inmediato una gran simpatía por aquella harapienta niña, y pensó en hacerle un modesto regalo guardado celosamente en el baúl de los recuerdos. Lo primero que sacó del baúl fue la cabeza de un payasito. Segundo, un cuerpo de trapo relleno de aserrín. La niña acept ó  con regocijo, y se dispuso a darle una manita de gato con un poco de hilo y aguja. ¡La transformación no puedo ser mejor! Por arte de magia,    al desaliñado y maltrecho payasito,  lleg ó  la belleza .   milagros del amor, ¡de ese que te hace saltar de gusto por la vida! El payasito no pudo menos que convertir -con la misma magia, el aserrín en monedas de oro. Entonces, la niña pudo comprar

Sin Tema

Imagen
Sin Tema       Miro a través de la ventana, está lloviendo. Llueve en mi Corazón, en mi mente, en mi alma.  Llueve en las montañas, en el desierto, en la ciudad. Mi camino se encuentra todo empapado de lágrimas.      Mi propia sed está llena de memorias huecas. Las nubes filtran mi cuerpo. Me siento como el aire, yendo sur, norte, este, oeste, y ahora aquí, en los Estados Unidos. Rodeada de gente incapaz de entender por qué soy de  esta  manera…una persona con suerte, con vida.      Una mujer que carga despedidas y muertes. Desde la infancia recuerdo escondiéndome de mi madre, llorando asustada por el fin del mundo. No quería que me preguntara el porqué de mis lágrimas. Tendría que haberle respondido –  ¿ Para qué nací? Ofendiendo.      Fue cuando decidí no tener hijos que lloraran ocultándose de mí. Por eso, ni siquiera jugué con muñecas. Tendría como nueve o diez años, con una familia destrozada, discutiendo sobre propiedades. Desde entonces, continúo encerrándome, creando un mundo s