Le cortaron las alas
le cortaron las alas
Cuento mágico con fotos/
diciembre 2019/
República de Chile/ Martha Tamez
“Le cortaron las alas”
El bello ángel
esperaba impaciente mi caída desde el "cielo".
Arribo arrebatando casas, camas, y sillones. Ignorando consejeros, monjas, o señales.
Virti agua de fuentes por alcohol
negro, y de hierro mute libros de páginas soldadas en estalagmitas oxidadas..

Una noche Hechice vírgenes otra, encerraba barcos con cadenas, postas, clavos largos, con lo encontrado.


Mi única amistad limpia
y pura es la rata quien generosamente de su basura convidaba suculentas
sobras.
Aburrida, escape hacia el primer individuo quien casualmente cruzó el sendero, me sedujo,
y le puse cuernos.


Esta vez, recibi un
serio castigo: convirtieron mis manos en madera. Toda la noche estuvieron
sacando punta a mis dedos para venderlos como lápices prisma color en los mercados.
No aprendió la
lección.: cambio el significado a la navidad. Mame sombras de indefensos Arco
iris poéticos vomitados al mar.
Cambio la identidad del capitán Pablo por Neftalí y, embriago a los jóvenes de la región:
-Soy Dionisia, diosa del vino, descendiente directa de Dionisio.
Una sombra monstruosa, casi me ahoga en el cántaro del bar.
Cada pluma de las alas se encadenaron en la cúspide del
puente para que al primer movimiento, cayera en el río sucio; en las vías del tren perdido; en el
camino corto, o en el mapa literario del mundo.
Un verso intrépido, la extrajo de esos mapas literarios. La pusieron de espaldas contra la pared callejera, custodiada por su propia sombra clara pero, negligente. La sombra clara, dio preámbulo al estruendoso beso que le plante al muerto poeta de la pared.
Entonces, se desinfectaron las manos. serrucharon miss alas. El recogedor estaba tapadisimo de viruta, plumas y, lágrimas de ángeles heridos. Lanzaron los pedazos y piezas sin bolsa de plástico al hasta fin del mundo, donde se desmoronaron al fuego de las amapolas.

Un verso intrépido, la extrajo de esos mapas literarios. La pusieron de espaldas contra la pared callejera, custodiada por su propia sombra clara pero, negligente. La sombra clara, dio preámbulo al estruendoso beso que le plante al muerto poeta de la pared.
Entonces, se desinfectaron las manos. serrucharon miss alas. El recogedor estaba tapadisimo de viruta, plumas y, lágrimas de ángeles heridos. Lanzaron los pedazos y piezas sin bolsa de plástico al hasta fin del mundo, donde se desmoronaron al fuego de las amapolas.

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